Chat GPT ha sido la aplicación de moda en este verano, llegando a más de 100 millones de usuarios activos en sus primeros 2 meses de lanzamiento. Este chatbot sorprendió a las redes sociales, generando un boom alrededor de las capacidades de la inteligencia artificial (AI), al poder responder preguntas sobre múltiples temas, en lenguaje natural, pudiendo ajustar incluso por idioma y público objetivo. Por ejemplo, “puedes explicarme que es inteligencia artificial, para que un niño de 10 años que sólo habla portugués pueda entender?”. Esto abrió la carrera de los buscadores, como Google o Microsoft Bing, para ver cuál integra de mejor manera la AI conversacional en sus productos.
Actualmente, ya utilizamos AI en nuestra vida diaria. Por ejemplo, al reservar un vuelo para nuestras vacaciones, es una AI la que nos propone distintos itinerarios para nuestro viaje, y también la que nos recomienda películas, series y música en las plataformas de streaming. Pero también hay casos de uso reales en el mundo de la hotelería, como la optimización de tarifas en los sistemas de Revenue Management, la mejora en la experiencia del visitante de la web del hotel, ya sea mediante chatbots conversacionales que resuelven las dudas en el idioma que se le requiera, o con ofertas personalizadas basadas en ciertas características del visitante, como el país o el dispositivo que utiliza para conectarse.
En conclusión, la generación anterior de soluciones en AI han permitido enriquecer la experiencia del cliente, otorgándole un servicio personalizado, y por ende, aumentando la fidelización y la conversión. Este nuevo boom de las AI, liderado por Chat GPT, apunta a aumentar la productividad laboral, a través de asistentes especializados para distintos rubros, como la generación de contenido, la programación de código, o el análisis de datos. ¿Creen que la AI logre reemplazar a los humanos en ciertos rubros? ¿O adhieren a la idea que mejorará el rendimiento de sus usuarios?